Doce lunas, un año, fue el tiempo que permaneció encerrada la niña indígena Wayuu, Fila Rosa Uriana. La llegada de su primera menstruación marcó su entrada. En este largo periodo de aislamiento, la pequeña Fili fue sometida a unos rituales indígenas propios de esta cultura. Aprender a ser mujer en su soledad es el gran objetivo de este rito ancestral milenario.
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